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18 ene 2013

Lance Armstrong, mentiroso compulsivo

Lance Armstrong durante la entrevista
El norteamericano Lance Armstrong ha reconocido, en una entrevista en un programa de televisión estadounidense, haber empleado sustancias dopantes durante los años en los que consiguió convertirse en el dueño y señor del Tour de Francia entre los años 1999 y 2005. Según ha reconocido, no sentía que estuviera haciendo trampas durante aquellos años.

Anoche Armstrong confesó haber utilizado EPO, testosterona, cortisona, hormonas de crecimiento, así como también reconoció haberse sometido a transfusiones de sangre. Dice que su sistema de dopaje no era tan sofisticado, profesionalizado y exitoso como señalaba la USADA, pero sí que "era profesional e inteligente". Dice también que "corría grandes riesgos" pero "no tenía miedo" de que le pillaran ya que en aquellos años "solo te hacían pruebas en las carreras. No venían a tu casa".

Sobre los motivos que le llevaron a doparse, dice el texano que fueron "el ansia de ganar a cualquier precio, la insolencia, la impertinencia, la arrogancia". También ha confirmado que no siente que hiciera trampas ya que según él: "lo que yo veía es que todos jugaban igual. No entendía la magnitud de lo que sucedió". Reconoce que en aquella época "no era posible ganar siete tours sin doparse".

No me ha gustado nada que utilice el cáncer a modo de justificación para su comportamiento: "Siempre sentí un implacable instinto de ganar, a toda costa [...] la actitud de ganarlo todo la tomé primero ante el cáncer y la transporté al ciclismo. Y eso es malo, quise perpetuar la historia. Ganar era importante y aún me gusta, pero ahora veo el triunfo de otra manera. Doparse era parte del trabajo, así es como yo lo veía". Sobre los muchos vídeos que hay en los que se le ve una y otra vez negando que jamás hubiera recurrido al dopaje para ganar el estadounidense ha reconocido verse "como un estúpido arrogante".

Lance Armstrong durante su etapa en el US Postal
Se mostraba arrepentido cuando reconoció que tendrá "pedir perdón durante el resto de su vida" y que sus fans "tienen todo el derecho del mundo a sentirse traicionados". Pero claro, visto lo visto y tras tantos años de mentiras y de calumnias hacia todos los que le acusaron de dopaje, es complicado pensar que alguien así pueda sentirse arrepentido.

Soy un ingenuo, pero seguía albergando alguna mínima esperanza de que todo fuera una confabulación en contra del que podría haber sido el mejor ciclista de la historia de no haber sido cierta toda esta historia de dopaje. Supongo que, simplemente, quería seguir con la venda puesta para no ver como caía otro mito que tuvo parte de culpa de mi pasión por el ciclismo. Ahora, el mito se ha caído para siempre, pero el ciclismo sigue ahí.

¿Cómo afectará esto a un deporte amado por mucha gente? No lo sé, pero el hecho de que no haya tirado de la manta y de que liberase de culpa a la UCI diciendo "no pagué a la UCI para que ignoraran las pruebas de 2001. […] Nunca di positivo" a mi no me termina de convencer. ¿Siete años dopándose sistemáticamente y sin dar positivo? Algo huele mal... 

¿Qué opinas de este nuevo capítulo del caso Armstrong? ¿Beneficia o perjudica al ciclismo esta confesión?

Un saludo.

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